Fui a por libelulas y encontré esta seta en el camino. Qué mona, ahí estaba esbelta y colorida. Desparramé todo el arsenal fotográfico para conseguir esta toma.
Al recoger me dejé el disparador, y no lo encontré a faltar hasta el día siguiente. Volví al lugar y así estaba la moza, dieciséis horas después. Ains qué feaaaa...
Debe ser que no todas las cosas mejoran con el tiempo.....a mi también me gusta más antes de desplegar su sombrero.
ResponElimina